foto: Beatlweb
Intuyo que cualquiera conoce «Imagine», pero que pocos han profundizado demasiado en la carrera en solitario de Lennon. Supongo que algo así como: «un disco de un Beatle es como un disco de los Beatles, pero menos» se cruza por la mente de cualquiera. ¡Error!
Siempre creí que «el blanco» de los Beatles y «el banana» de la Velvet eran mis discos favoritos. Pero no me dí cuenta que por detrás llegaba lenta pero imparablemente este «Plastic Ono Band», el primer disco de Lennon en solitario, que con los años se ha colocado en un lugar destacado de mi altar mental. Y aunque musicalmente sea tan increible como el 90 por ciento de lo que hizo Lennon, creo que la crudeza de las letras (y de la producción) es el aspecto de este disco que más me mueve por dentro. Pasó del «Soy la morsa» de los Beatles psicodélicos al «Soy John» con toda la naturalidad del mundo. Toda una declaración de su estado emocional en esos momentos de cambios importantes en su vida. Y supongo que ese realismo (realismo mágico, que diría Dani), esa crudeza, es un muro que a muchos les da pereza saltar, o no quieren directamente. Lo cual es muy respetable.
«father, you left me
but I never left you
I needed you
but you didn’t need me»
Imagino que tanta crudeza y sinceridad, sin envoltorio alguno, cuesta de digerir. Pero, al fin, si consigues entender que esa sencillez está llena de una clase de verdad que pocas veces te encontrarás (parecida a las viejas letras de los primeros bluesman), entiendes que pocas cosas te llegarán más profundamente.
Y musicalmente es un disco al que cada vez le encuentro cosas nuevas, a pesar de ser un disco sencillo, vacío, de pocos arreglos. Además, la producción de Phil Spector es perfecta, llena de recursos que nunca antes (y pocas veces depués) se han usado, con unos vacíos que lo dicen todo. Siempre al servicio del mensaje emocional de las canciones, algo que a veces les cuesta de pillar a productores e instrumentistas, que suelen trabajar casi aislados del material original. En este caso, todos rayan la perfección. Las baterías de Ringo Starr tienen el pulso ideal, el bajo de Klaus Voormann, sencillo y oscuro, pero lleno de matices. Los pianos de John, que suenan tan mágicos como siempre. Y su voz, con la que no acababa de estar a gusto (como le pasa a muchos músicos), suena desgarrada y cálida a la vez.
Te echamos de menos, cada vez más.
Antes de nada decir que yo no puedo ser objetivo con este tío, para mi lo es todo, y se que es tan perfecto como imperfecto a la vez pero…es Él.
Sirva de consejo a la gente que cree que los Beatles son una banda popular que no sale del Yellow Submarine, Yesterday o Help, que escuchen esta obra de arte (podríamos añadir White Album y Abbey Road) para poder ver que si son tan omnipresentes no es por una cuestión de marketing.
Para mi hay dos momentos, Love y God.
Pues nada, a disfrutar del momento.
Santi, pedazo de elección
Exacto Rafa, se da muchas veces por conocida la música de los Beatles (y sus respectivas carreras en solitario) debido a que nos los encontramos hasta en la sopa. Pero en cuanto profundizas no dejas de descubrir cosas nuevas y sorprenderte. Una cosa graciosa que me ocurrió con ellos fue que alguien me grabó «el blanco» en un cassette de la época pero sólo me grabó el primer disco. Así que pasé bastante tiempo (años incluso) pensando que el blanco sólo tenía la primera parte. Claro, no veas como flipé cuando descubrí que tenía un segundo disco y que en él habían algunos de los momentos más alucinantes y raros de los Beatles, como Helter Skelter.