Siguiendo con John Cage:
Cinco años más tarde, cuando Schönberg me preguntó si dedicaría mi vida a la música, le contesté: ¡Por supuesto!. Después de haber estudiado con él durante dos años, Schönberg dijo: «Para escribir música debes tener sensibilidad para la armonía». Le expliqué que yo no la tenía. Entonces me replicó que siempre encontraría un obstáculo, que sería como si llegara a una pared a través de la cual no podría pasar. Yo le dije: «En ese caso dedicaré mi vida a dar cabezazos contra esa pared».