Lo que Lara cree que ocurrió en realidad (Canaletas)

El Chamihappening

Es cierto, y por todos conocido, que este Chami nos tiene bastante acostumbrados a situaciones rocambolescas de lo más variopinto, pero lo de este último fin de semana se ha superado y nos ha brindado un espectáculo ciertamente surrealista. En su programa se entremezclaban canciones con personajes disfrazados de actores de la vida. Desde un electricista la mar de curioso hasta un policía que, posiblemente era miembro de los inolvidables Village People, llegó a ser el chamigrupi más chamifeeling y lo esperó interpérrito más de veinte minutos (eso es un fan) Sin olvidar al showbajista que se equivocaba para hacernos más ameno el concierto y el chico de la performance de la videocámara.
Llegó un momento en que tal paleta de El Bosco se asemejaba a las letras del cantautor Paco Ibáñez con su «Mundo al revés» Recuerdan ustedes: …Había una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también… Vamos una escena de unos desconocidos en una nave espacial tan cerca del cielo muy lejos de aquí.
Ante tal prólogo, no fue de extrañar que cientos de curiosos se acercaran a satisfacer de cotilleos sus vacías vidas. Sin ir más lejos, el actor secundario Bob, que se asomó desde la ventana de su pensión para reclamar su espacio de silencio y le fue negado por ser las diez de la madrugada (que le pregunten a Cristina lo que esos excomulgados amantes del ruido pueden provocar en el ánimo del que reposa)
Más tarde la tragicomedia se animó con la aparición en escena de Eduardo Manostijeras. Pobre, se asustó ante tal cúmulo de elfos, que en un torpe movimiento dio un tijeretazo embrollándose entre los cables y cortando momentáneamente la electricidad. Eso le puede pasar a cualquiera, pero el público enfrascado como estaba en las melodías no le perdonó tal acción y éste tuvo que huir en un camión que pasaba en ese preciso momento casualmente.
Pese a este breve incidente la obra continuó representándose. Cuando menos lo esperaba nadie se hizo un hueco en el musical sonido. El «Gilipollas» recordaba a los asistentes que la música hace ruido. Que los instrumentos hacían una especie de canal ventoso que alzaban las notas y las llevaba a todos los hogares introduciéndolas por las ventanas entreabiertas.
Vamos, actuación de lo más surtida, rematada con una aparición estelar del Village People…
Y no irnos sin mencionar al señor de guardarropía que nos vigiló sin descanso todos nuestros enseres para que no nos lo sustrajera nadie.
Sin palabras.

by Lara Calduch

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