Bio

No podía ser de otra manera. El cambio de siglo estaba al caer y desde una habitación con vistas a un sol que no acababa de ponerse nunca, Santiago Chamizo desarrollaba la fórmula de lo que sería el brebaje destinado a ocupar un sitio en el mueble bar del mismísimo Boris Vian. El resultado: Chamizo. El sabor: Rock Propio. Una velada en la que tienen turno ilustres como Charly García, Golpes Bajos, The Doors, Daniel Johnston o Moondog.

Sólido carácter cinematográfico para una música que rueda con el combustible de un teclado capaz de iluminar las grandes avenidas y caminar por los descampados más desalmados. En efecto, el teclado es en Chamizo el soporte esencial sobre el que se erigen melodías que pueden presumir de tener una bien cicatrizada personalidad. Canciones que se mueven con soltura en lo apacible del pop y en lo encarnizado del rock. Una música que atrapa y seduce sin remedio. Se diría que Santiago Chamizo no escribe sobre una partitura, sino sobre una telaraña.

En su peculiar cirugía del rock también la palabra toma la palabra. Letras en castellano con un pálpito exclusivo, con la resuelta maniobra de mirarse hacia dentro y anudar textos exquisitos en el relente de la música. La atmósfera de Chamizo deviene apasionada y vibrante, casi rondando en lo visionario.

De formación clásica (a los 7 años empezó sus estudios de piano y solfeo), es desde 1991 que Santiago Chamizo viene nutriendo con su teclado a diversas bandas de rock de Barcelona como Alicia Golpea (Banda del escritor Carlos Zanón, de la que surgirían futuros miembros de Dorian o El sobrino del diablo) o Las Sombras. Pero fue en el verano de 1995 cuando sube a lomos de una de las bandas más inquietantes de la época: La Vaca Multicolor. Allí coincide con músicos como Jes Senra, hoy en Sidonie o Héctor Xiqués (No Neo). Fueron tres años fértiles con más de setenta canciones grabadas y múltiples periplos por los escenarios.

No es hasta 1998 cuando encontramos «El circo se va», la primera grabación de Chamizo, envuelto en un tiempo algo oscuro que se va despejando en su siguiente trabajo de 2000, «están en la Machina». Pero fue en 2002, después de haber actuado en las exposiciones del pintor Daniel Sáez, que Santiago Chamizo entiende que precisa de un grupo, de una artillería que corone sus composiciones. Así pues, se pone manos a la obra mientras graba su tercer título, «No más cínicos». Desde entonces han pasado por la banda músicos como G. Baladia (Professor Globo), Carlos Santolobo (The Cannibal Queen) o Rafa García (The Electric Onion) que han ayudado a hilvanar una banda compacta en la que voz, teclado, batería, bajo y guitarra invitan a un viaje virtuoso de temperamento y talento.

Tras unos años dedicados al directo y a consolidar el grupo (además de diversas colaboraciones con otros artistas como Carlos Cros, No Neo, Fine! o Los Fulanitos de Tal, entre otros), edita una grabación bastante accidentada que había durado más de cinco años (de 2006 a 2011). Es el primer CD de Chamizo grabado con banda y titulado: «Qué bien que se está» (2011).

Poco después retoma su relación con el escritor Carlos Zanón y deciden hacer juntos cuatro canciones: letras de Zanón musicadas por Chamizo. Es 2013.

2015 es el año de «Solo en Barcelona«, que a pesar de su título, es la vez que más músicos participan en un disco de Chamizo. Como queriendo cerrar una etapa y empezar una nueva, Santiago reúne a algunos de los amigos que habían formado parte de su recorrido musical y crea junto a ellos este disco de 13 canciones.

Escrito por Jordi Cabo &

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